Reina María Rodríguez |
están cansadas de levantar el polvo sobre objetos muertos objetos en desuso.exhalan.desasosiego. en una calle sinuosa una tienda perdida. es junio y se llama paraíso. recostada al vidrio mastico las yerbas no veo nada particular definible: nada es caro. no morir no ver es la intencisn. aburrimiento que alguna vez fue lumínico aquí y allá manchas no se sabe de qué. consumidos gastados juntos nada es caro esperando un nuevo comprador; prenda inservible justo mi seno izquierdo abierto sale de la blusa hay un afilador. las ratas nos miran, sospechan y nos miran con sus ojos rojizos detrás del cartón. artículos que alguna vez fueron algo simulación. ovación. la melodía es mediocre su música se mezcla reiterativa al sonido quejoso del ventilador se agitan las aspas conta ellas mismas. esto se mueve parece que se mueve. lámparas viejas viejos artificiosos: nada es caro espejos sólo imágenes. azogue opaco contra el ojo de su objeto anterior. estamos hartos del espectáculo y la reparación. la calle es sinuosa: tiendecita. monte. paraíso. fijo el rastro que me llevó buscaba tal vez pero ya nada es antiguo ni solo la proximidad de sus formas me impide la ilusión entre tantos objetos sin fin ni destino conformes en su silencio en la rutina de no ser amontados.
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